“El tiempo es oro”, dijo Benjamín Franklin desconociendo ser el autor de dicho pensamiento, que, al enterarse de la autoría del mismo, vendió su Montreal que le había regalado Mitha en el Almuerzo número mil al que había sido invitado, y partió a comprarse la casa en Acapulco que desde niño había soñado tener. No solo no se compró la casa debido al valor exiguo de su maquina para medir el paso del tiempo, sino que además llego tarde a la Declaración de la Independencia del país del norte gritando, ante los padres fundadores, un enérgico “¡Carajo mierda!”.
Quien escribe, siempre estuvo en desacuerdo con ese pensamiento: el tiempo es solo tiempo y el oro, solo oro. Claro que, entre el oro y el tiempo, prefiero el oro: mas vale vivir poco y ser rico, que vivir mucho y no poder viajar a Miami para comprarse ropa forrada en lentejuelas.
Día tras día vemos como se invierte una suma millonaria de segundos en debates que más bien parecen ser luchas intestinas entre facciones políticas o religiosas enfrentadas. La Masacre de Ezeiza o la Matanza de San Bartolomé que provocó en Francia unos 8000 muertos parecen juegos de infantes ante la violencia con la que “dicen las verdades” conductores de TV, opinólogos de turno, panelistas matriculados, plomeros degenerados y participantes de Realitys cuyo único merito consiste en haberle practicado sexo oral a algún productor de turno que “acabó” por poner a dicho personaje en la maquina de picar carne televisiva.
Horas de análisis sobre comportamientos de personajes tan poco pintorescos y a su vez, tan poco conocidos, que la meditación sobre la cantidad de ángeles que caben en la cabeza de un alfiler (discusión popularizada por los teólogos bizantinos del siglo XV), resulta menos soporífera que dicho narcótico mediático. Hordas de Doctores Freud que recorren los canales implementando el nuevo plan del gobierno K: “Psicoanálisis para todos” que persigue como fin que, a la hora número 15 de observar, comprender e interpretar el comportamiento de un ser humano encerrado en una casa, estudio, teatro o simplemente suelto en la playa de la temporada marplatense, te extiendan un título universitario como “Psicólogo catódico” que te habilita como panelista de TV, analista económico y técnico de reparación de lavarropas. Putitas de compañías teatrales poco talentosas que se vuelven populares y conocidas a partir de atacar a sus mas putitas y menos populares compañeras de elenco, analizando, “siempre con la mejor” sus horrendas vidas, sus tortuosas relaciones personales y, la morbosidad de sus pares que, a juzgar por la excitación sexual que experimentan al exhibir sus suculentos pechos siliconados, intuimos que fueron violadas por sus padres con un sifón de soda en su mas tierna infancia. A todo esto se le suma la no menos interesante y poco creíble vida de “fans” de mediáticos que lo único “media” que han conocido son las “Silvana”, putos que ventilan sus revolcadas como si les interesara a alguien y que abren, al revelarse como tales, el closet en donde se encuentran bien guardadas las tendencias homosexuales de personajes que han fundado su carrera en hacerse los boludos.
El genio de Fellini al promediar la pragmática década del 80’, cuasi como un profeta contemporáneo, vio llegar la degradación de la TV. En su mas que recomendable y exquisita película “Ginger y Fred”, Amelia (Ginger) llega a los estudios de televisión convencida de que su actuación será el punto álgido de un programa de variedades, y poco a poco se va dando cuenta de que en realidad se trata de un show en el que compartirá escenario junto a un grupo de enanos, un travesti, imitadores de segunda, un mafioso, un decrépito héroe de guerra, un cirujano plástico que realiza cincuenta operaciones diarias, un fakir que embaraza a las mujeres con la mirada, un fraile capuchino que vuela (ma non tanto) e incluso una vaca de dieciocho ubres: es decir: un circo que se alimenta del desperdicio humano con el fin de ocultar la cruda realidad en que vivimos y es que, la vida de por si es poco interesante, poco espectacular y poco trascendente. Las aventuras de Indiana Jones son ficción y los viejos de “COCOON” habían tomado viagra para poder filmar las escenas en las que saltaban como canguros.
Dejémonos de gritarnos cosas, dejémonos de acusarnos de crímenes que no hemos cometido, dejémonos de mostrar la tanga en televisión y por sobre todo, dejémonos de joder con tanta mierda. Apaguemos la tele, salgamos a caminar, a navegar, a jugar al tejo, o, en su defecto y si es que se tiene con quién, a coger, pero no tratemos mas de analizar lo no analizable, de vivir vidas que no son las nuestras, de creernos superiores por haber mostrado las partes en TV 7 veces en lo que va de la semana, y, por favor: dejémonos de jactarnos de nuestra ignorancia. Cuando Sócrates dijo: “solo se que no se nada”, no se mofaba de su incultura, sino que se reía en la cara de aquellos que se creían más por saber hacer dos o tres boludeces de mierda mejor que otros. ¡Si Sócrates viviera! Escupiría en la cara a todos aquellos que, alegres y regocijados en su ignorancia, fomentan el no saber como modo de vida y se ponen por encima de aquellos que, con fundamento, les dicen en la cara que son unos pelotudos.
Se que este llamado a la cordura cae en le vacío: la boludés un gran agujero negro que nos atrapa a todos y no deja que nos escapemos. Lo único que les pido y me pido es que, mientras llega la inexorable hora de transformarse es un imbecil, hagan el esfuerzo por aparentar que ello jamás llegará y sigan luchando, por recordarle al mundo entero que, mediática o no mediática, patética o glamorosa, para vos, para mi, y para todos, la vida sigue siendo una mierda.
Que buena reflexión!
ResponderEliminarLo que me queda es una gran duda... No sé qué hacer con mi vida de mierda. No sé si ser panelista matriculado o plomero degenerado. Esas opciones nunca me las dieron en el curso de orientación vocacional.
Esto fue escrito después de ver al fan de Wanda llorar desconsoladamente en el destierro??? Esto lo vi después de escuchar el discurso de la presi por 3 hs y fue demasiado para una consumidora de televisión bizarra, así que como no era momento de salir a caminar, no tenía dónde jugar al tejo ni mi marido por el dolor de cintura podía hacer nada me fui a dormir una siesta y veo que según tus consejos hice lo correcto.
ResponderEliminarGrande Javier... Además de reírme mucho, me pareció muy inteligente, me encantan las partes donde le agregas comentarios relacionados con la cultura, el saber... Me encanta la gente inteligente... F E L I C I T A C I O N E S ¡¡¡ PAULA
ResponderEliminarEn realidad fue una mezcla entre el fan de Wanda, Ventura amenazando con fotos a sus invitados y la canosa hablando de meditación trascendental mientras le decía puta y decadente a Moria.
ResponderEliminarGracias Paulita! Hago lo que puedo.